Hoy vamos a dar un paseo por la historia de un lenguaje de programación que, aunque puede que hoy suene un poco anticuado, fue la puerta de entrada a la programación para muchos de nosotros: el BASIC. Sí, ese mismo que hizo que nuestros primeros pasos en la computación fueran tanto un desafío como una aventura.
El BASIC, que en inglés significa «Beginners All-purpose Symbolic Instruction Code», nació en 1964 de la mano de John Kemeny y Thomas Kurtz en el Dartmouth College. Su objetivo era claro: hacer que la programación fuera accesible para todos, especialmente para aquellos que no eran científicos ni expertos en computación. Imaginen un mundo donde aprender a programar no era solo para genios de la informática, ¡eso era todo un avance!
En los años 80, el BASIC se convirtió en un estándar en las home computers. Cada una de estas máquinas de 8 bits venía equipada con su propia versión de BASIC, lo que permitía a los usuarios escribir sus propios programas y juegos. Al desempacar una de estas computadoras, la emoción no solo venía de tener un nuevo gadget, sino también de la promesa de crear algo propio. Pero, claro, primero había que enfrentarse al famoso manual que, aunque a veces parecía una novela, era nuestra guía en este nuevo mundo.
Aprender BASIC era como abrir la puerta a un universo de posibilidades. Con solo pulsar «OK» o «READY» en la pantalla, comenzábamos a escribir nuestras primeras líneas de código. Desde operaciones matemáticas básicas hasta la creación de pequeños juegos, cada línea era un pequeño paso hacia la comprensión de cómo funcionaban las computadoras. Pero, admitámoslo, era un camino lleno de pruebas y errores. ¡Cuántas veces tuvimos que resolver problemas de sintaxis o nos quedamos atascados en un bucle infinito!
Las diferentes plataformas tenían sus particularidades. Atari, por ejemplo, adaptó el Microsoft BASIC para sus máquinas, aunque no sin algunos tropiezos. Mientras tanto, Sinclair implementó su propio Sinclair BASIC, que, aunque era funcional, no ofrecía muchas características avanzadas. Por otro lado, Amstrad se asoció con Locomotive Software para crear un intérprete que, aunque potente para su época, tenía sus limitaciones. Cada versión de BASIC era un reflejo de la filosofía del fabricante y de lo que consideraban que los usuarios necesitaban.
A pesar de su simplicidad, BASIC dejó una huella perdurable. Muchos programadores de la actualidad recuerdan con cariño sus primeras experiencias escribiendo en este lenguaje, y cómo esos pequeños programas se convirtieron en sus primeros pasos hacia carreras en la tecnología. La nostalgia por el BASIC es real, y no es raro encontrar comunidades dedicadas a revivir esos días, creando nuevos proyectos y compartiendo conocimientos.
Así que, si alguna vez te has preguntado qué fue lo que hizo del BASIC un lenguaje tan especial, la respuesta es simple: fue una puerta abierta, un primer amor en el mundo de la programación. Hoy en día, hay emuladores y recursos que te permiten jugar con BASIC como lo hacíamos en los años 80. ¿Te animas a revivir esos momentos y escribir tu propio programa? ¡La aventura te espera!
Así que, ¿qué estás esperando? ¡Sumergete en el fascinante mundo del BASIC y descubre todo lo que puedes crear! Busca recursos en línea y revísalos, ya sea que quieras recordar esos tiempos o aprender algo nuevo.